lunes, 11 de mayo de 2009

EVERYBODY HATES CALATRAVA

Muchos lo idolatran, otros lo acusan de cansino y repetitivo. Lo que no podemos negar es que a estas alturas Santiago Calatrava se ha convertido en un personaje de lo más controvertido. Con la mano en el pecho reconozcamos que, al menos los que practicamos la profesión, hemos alucinado alguna vez con sus óseas estructuras civiles otorgándole además nuestra más pueril admiración durante la etapa universitaria. Es más, el impacto de este hacedor de puentes ha sido tal que su nombre ha trascendido el círculo de "coleguitas-groupies" para filtrarse de bruces en una cultura popular que aparte de criticarlo, lo caricaturiza con alguna parodia youtubera que hace eco del sentir de la gente respecto a la obra y poses de este arquitecto valenciano.


No solo son sus pataletas de semidios trino (escultor, arquitecto e ingeniero... vamos, es innegable que el tal Santiago tienes sus talentos) las que lo pintan de cuerpo entero, sino también los múltiples defectos de los que adolecen sus autoproclamadas obras de arte, las causantes del constante deterioro de su imagen frente a un ojo público que no duda en expresarle su abierto rechazo. La última de sus andanzas ha llegado a mis ojitos vía Soitu, en donde me entero que la famosa publicación New York Times ha acusado a Calatrava de megalómano debido a las carencias funcionales y a los exagerados sobrecostos de su estación de intercambio proyectada para la zona 0 de Nueva York. 

Terminal de Transportes  Zona 0 - World Trade Center 

Del proyecto prefiero no opinar. De acuerdo, si lo haré. Formalmente es un clonación de la estación de Lyon-Satolas pero en versión recargada!!. Bueno, ya lo dije y es mi opinión personal. ¿Qué acaso la metáfora del ave alzando las alas al viento es la única alegoría disponible dentro del arsenal creativo del valenciano?. ¿O acaso lo que estamos presenciando es la consolidación de una manera de hacer arquitectura?. Sin embargo, las similitudes estéticas representan el menor de los problemas para la obra de un arquitecto dedicado a piratearse a sí mismo por todo el orbe. 

Estación Ferrioviaria TGV Satolas - Aeropuerto de Lyon (Francia)

Según el portal de noticias El mundo, Calatrava ha recibido del New York Times una serie de adjetivos que lo califican como alguien borracho de ego, un artista/ingeniero que busca más la huella personal que el bienestar ciudadano: 


"(...) En un artículo incendiario, comenta que es "incapaz de superar el fatal error del proyecto: la incongruencia entre la extravagancia de la arquitectura y el limitado propósito al que sirve".
Como munición, utilizan Grand Central Station, musa del español. Dice el diario neoyorquino que, así como la estación de la 42 enlazó facilidad y belleza, las alas de Calatrava, ese interconectador que vertebrará la Zona Cero, apenas presenta soluciones: "Dentro de unas décadas ejemplificará nuestra incapacidad para dejar de lado los intereses particulares frente a una de las mayores tragedias vividas en América".
(...) Influye, claro, el que la estación ha pasado a costar un tercio más de lo previsto, y el hecho de que la ciudad, muy castigada por la crisis, afronta importantes reducciones presupuestarias. El sistema de metro, dependiente del Estado, planea estratosféricos aumentos en las tarifas (un 23%), complementados con recortes en el servicio."

Este tipo de noticias me hace añorar tiempos aquellos en los que Calatrava era casi un héroe para cierto estudiante de arquitectura que solía romperse el ojo con sus puentes y estructuras. Supongo que cualquier tiempo pasado fue mejor finalmente.

El Dato: El artículo completo del New York Times lo encuentras aquí.

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