domingo, 5 de abril de 2009

Diseñando en Baños del Inca

Diseñar una vivienda siempre me ha parecido una de las actividades mas estimulantes, y es porque de una manera u otra constituye una situación que te orienta a investigar rigurosmante todos los aspectos de la casa desde los ojos del usuario final. Normalmente otros tipos de proyecto poseen un dueño capitalista que simplemente juega el papel de promotor, siendo los usuarios finales abstracciones de usos y sensibilidades que asumimos, o que tomamos directemente de un cartesiano estudio de mercado. En cambio, cuando haces vivienda el usuario final es el cliente, y alli no hay lugar para pensar en abstracciones estadísticas. O comulgas con ellos o mejor te vas con tus dibujitos y garabatos a otra parte.

En mi caso, hacer la remodelación de una vivienda en Cajamarca, me indujo no solo a conocer bien a mis clientes (a quienes considero ahora mis amigos dicho sea de paso), sino que la relación con el lugar se volvió imperante dentro de la etapa de investigación del proyecto. Fue realmente un placer casi gastronómico saborear todas esas tipologías arquitectónicas tan típicamente cajamarquinas, visitar instalaciones como la de Baños del Inca a fin de rescatar lo necesario para hacer un replanteamiento coherente, tocar los materiales de los que estan hechas las casas, iglesias y museos, empaparme en agua termal y secarme a la vera del sol cajamarquino. Todo constituyó una experiencia en suma enriquecedora, así como pedagógica en extremo.


En general a nivel de fachadas, techos, materiales y espacios se planteó recrear un lenguaje arquitectónico bastante tradicional exteriormente, y creo que el efecto final ha resultado ser bastante interesante como objeto.Pero mas allá de las elucubraciones esteticistas y funcionales empleadas en el desarrollo del proyecto, una de las cosas que más valoré de esta experiencia fue la oportunidad de conectarme con uno de los aspectos fundamentales del diseño: el comfort. Confieso que llevaba tiempo sin asumir cabalmente la importancia del clima en el diseño, y es que la cuasi homogeneidad del clima limeño me había malacostumbrado a pensar despreocupadamente temas elementales como la lluvia o el frío.


En Cajamarca no tienes opción, y es asi que una de las decisiones de diseño mas importantes fue tomada a partir de un criterio simple pero contundente. Al analizar la trayectoria solar nos percatamos que los dos pisos del módulo de las pozas de agua termal, ubicado en el fondo del lote, arrojaría sombra hacia la piscina casi todo el año. Las implicancias de este dato no podían ignorarse, y es que ha nadie le hace gracia bañarse en una alberca fría y mal iluminada. Fue asi que llegamos a una decisión mixta: edificaríamos solo un segundo piso hacia uno de los extremos del fondo del lote, asegurándonos que con esta solución lograramos la máxima exposición de la piscina al sol. ¿Hubo que hacer ajustes programáticos?, pues de hecho sí, pero manteniendo un equilibrio objetivo de las necesidades del cliente, y si algo no debimos olvidar fue que el cliente tenía una necesidad no mesurable en metros cuadrados, y eso era el placer de poder disfrutar del sol todo el año desde el patio interior de su casa.

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