viernes, 12 de junio de 2009

CARTA DE UN APU AL GOBIERNO PERUANO

La carta que escribo a continuación es básicamente una transcripición de las memorias del "Jefe Joseph" durante su visita a Washington D.C. en 1879, visita que realizara para denunciar los crímenes de sangre cometidos por el gobierno norteamericano durante el proceso de colonización. Lo único que he hecho es cambiar unos cuantos nombres a la carta, y el resultado es francamente conmovedor. Esta es la carta imaginaria de un Apu al gobierno de Perú:

Carta de un Apu al Gobierno Peruano

Lima, 12 de Junio de 2009

Por fin se me concedió el permiso de venir a Lima a representar a mis hermanos nativos con un traductor. Me alegra haber venido. Me he apretado la mano con un buen número de "amigos" pero hay algunas cosas que quiero saber, y que nadie parece ser capaz de explicar. No puedo entender como el gobierno peruano envió a sus hombres a luchar contra nosotros, como lo hizo con su ministro del interior, para luego romper su palabra. Hay algo mal acerca de este gobierno. No entiendo por qué a tantos políticos se les permite hablar de tantas maneras diferentes, y prometer tantas cosas diferentes. He visto al presidente y a muchos otros políticos, y todos ellos dicen que son mis amigos, y que obtendré justicia. Pero mientras todas sus bocas hablan lo correcto, no entiendo por qué no se hace nada por mi pueblo. Los he oido hablar y hablar, pero no se hace nada. Las palabras no pagan por mi gente muerta. No protegen la tumba de mi padre. Las buenas palabras no me devolverán a mis hijos. Las buenas palabras no hacen buena la promesa de sus ministros. Las buenas palabras no le darán a mi gente salud o evitarán que sigan muriendo. Las buenas palabras no le darán a mi pueblo un hogar donde puedan vivir en paz y cuidar de sí mismos. Estoy cansado de diálogos que no llegan a nada. Mi corazón se enferma cuando recuerdo todas las buenas palabras y todas las promesas rotas. Ha habido mucho de que hablar para los hombres que no tenían ningún derecho de hablar.

Si ustedes quieren vivir en paz con el pueblo indígena, puede vivir en paz. No tienen por qué existir problemas. Le he preguntado a alguno de sus políticos de donde obtienen la autoridad para llamar al indígena ciudadano de segunda clase. No supieron decirme. Traten a todos los hombres por igual. Denles las mismas leyes. Den a todos una oportunidad de vivir y crecer. Todos los hombres fueron creados por el mismo Gran Espíritu. Todos ellos son hermanos. Cuando pienso en nuestra condición mi corazón me pesa. Veo que los hombres de mi propia raza son tratados como forajidos, y expulsados de un territorio a otro, o derribados como animales. Yo solo le pido al gobierno ser tratado como todos los demás hombres son tratados. Solo pedimos la oportunidad de vivir como los demás hombres viven. Pedimos que se nos reconozca como hombres. Pedimos que la misma ley trabaje igual para todos lo hombres. Siempre que traten al pueblo indígena como a sus pares entonces no tendremos más guerras. Vamos a ser todos iguales. Hermanos de un mismo padre y madre. Con un cielo encima de nosotros y un país alrededor de nosotros. Y un gobierno para todos. Luego, el Gran Espíritu que gobierna arriba sonreirá encima de esta tierra, y enviará la lluvia para lavar las manchas de sangre derramada por las manos de mis hermanos sobre la faz de la tierra.
Leer las memorias del Jefe Joseph, indio que lideró la resistencia contra la colonización americana, es como tener entre manos un documento sacado de la película "Volver al Futuro". Podría decirse que este personaje indígena nacido en 1840 le habla directamente a nuestros gobernantes, hoy en 2009. Q'Orianka Quilcher leyó dicha carta durante el evento Voces de una Historia de la Gente de Estados Unidos, y la verdad recomiendo la lectura del documento original de principio a fin. Párrafo a párrafo, el Jefe Joseph nos cuenta una historia que hoy nuestras poblaciones nativas experimentan en carne viva.


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