¿Autoconciencia? ¿Clones infinitos? Bueno, sé que este tipo de cosas solo se nos ocurren tras fumarnos alguna hierbita feliz, o en el calor de alguna alucinada charla entre amigos. La verdad es que el tema de la vida, la muerte, y todo el embrollo existencialista siempre llamó mi atención, aunque habría que aclarar que mi opinión en estos temas es equivalente a la de un fontanero filosofando acerca de la teoría de cuerdas. Sin embargo me daré la placentera licencia de expresar en este espacio lo que hace algún tiempo se me vino a la mente tras aplicarme una épica sobredosis de películas de ciencia ficción y uno que otro documental tipo "neurociencia for dummies". Aunque el dummy sea yo en este caso, intentaré hilvanar mis ideas con cierta coherencia en estas líneas, así que están advertidos .
Vamos por partes. El consenso general, sin importar que seas ateo, católico o musulmán, es que tu principal característica como ser humano radica en tu calidad de ser autoconciente. En pocas palabras, posees un YO que se da cuenta de su propia existencia, y bueno, de que eventualmente morirá. Sin embargo percibimos esta existencia como una dualidad interdependiente de cuerpo y conciencia, en la que nuestra conciencia es el piloto de una nave hecha de carne y hueso destinada a convertirse en polvo inevitablemente. Pero, digamos que todos coincidimos con otra idea común: los recuerdos son el insumo esencial que nos define como individuos irrepetibles. Esto significa que nuestro YO va siendo esculpido por una secuencia de experiencias agradables o traumáticas que quedan grabadas en nuestra memoria. De manera que, si la memoria configura el elemento vinculante entre lo que fuimos y lo que somos, ¿qué pasaría si una mañana despertaras despojado de cada uno de tus recuerdos?. Lamentablemente cuando esto sucede, como suele ocurrirle a los pacientes con alzheimer, la nave se queda sin piloto y nuestra existencia va quedando reducida a un mero cascarón orgánico donde el YO se ha desvanecido junto con esos recuerdos perdidos. Sin embargo este hecho tan triste nos conduce a otro razonamiento aún más intrigante: ¿qué pasaría si alguien borrara tu memoria y la suplantara con los recuerdos de otra persona? ¿cómo te darías cuenta al despertar que esos no son tus recuerdos, y que posees una identidad implantada?. Probablemente no serías capaz de distinguir tu nueva vida de la anterior.
Películas como "Blade Runner", "6º día" y "Moon" se basan en este razonamiento desarrollando el argumento de la inmortalidad sin inmortales. Una resurrección artificial consistente en manipular los recuerdos de un individuo que, tras su muerte, son implantados en el cerebro de un clon . El clon despierta retomando la rutina diaria del difunto y asumiendo una identidad que no le pertenece, sin percatarse que en realidad es el primer día de su vida. En buena cuenta, TÚ eres todo lo que puedes recordar de TI. Suena futurista y bastante escalofriante, pero la verdadera pregunta que deberías hacerte en este punto es: ¿qué harías si te dijera que eso que le ocurre al clon en las películas de Hollywood te ha estado ocurriendo a ti desde el día que naciste?